- Cerca de terminar el curso, el Ministerio de Educación aún no ha resuelto todas las becas de los alumnos solicitantes.
- El pasado 15 de abril finalizaron los seis meses que prevé la ley y la propia convocatoria para la resolución definitiva de las ayudas, pero fuentes de Educación desmienten tal retraso.
- La Plataforma de Afectados por las Becas denuncia un descenso en las asignaciones y ha facilitado un escrito para denunciar el «silencio administrativo».
Verna Martínez Martín, estudiante de Filosofía de la Universidad de Santiago de Compostela.
«No he podido ir a casa por Semana Santa», dice Verna Martínez al otro lado del teléfono. Con una nota media de 10 y un nivel económico bajo, este estudiante de Filosofía es el ejemplo de aquellos estudiantes que, según el ministro de Educación, José Ignacio Wert, se iban a beneficiar más con el nuevo sistema de becas. A pocos meses de finalizar el curso, sólo ha recibido una parte de la ayuda, inferior a la mitad que la correspondiente al año pasado, lo que le ha obligado a reducir sus gastos para afrontar el día a día. «Este año estoy más apretado», indica.
Para Alejandro, estudiante de tercero de Bellas Artes en la Universidad de Granada, el final de curso también pinta feo. «Desde que empecé la carrera hace tres años me han concedido siempre la cuantía máxima [3.850 euros], pero este curso y a estas alturas aún no sé cuánto me corresponde en total». En su casa entran menos de 400 euros al mes y, aunque son familia numerosa, uno de sus hermanos es mayor de 25 años y ya no pueden beneficiarse de esta condición. «Es muy difícil mantener una buena media [la suya es de 9,2] cuando no puedes contar con todos los recursos que necesitas», reconoce. En su caso, el gasto mensual en materiales asciende a 60 euros al mes.
Mayo está cada día más próximo en el calendario y las fechas de los exámenes y entregas de trabajos se acercan peligrosamente. Sin embargo, muchos alumnos tienen una preocupación añadida, que presiona más incluso que el rendimiento académico: cómo pagar las facturas, el transporte, la comida, el material escolar y una larga lista de gastos cotidianos hasta que reciban el pago de la beca de educación, que este año se ha retrasado más que nunca, según los afectados.
De hecho, el 15 de abril el Ministerio rebasó el plazo para la resolución definitiva de las ayudas, seis meses después de que finalizase el periodo de solicitudes, como marca el artículo 42 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, y la propia convocatoria de las becas.
Sin embargo, fuentes de Educación niegan que se hayan producido retrasos. Aseguran que «desde primeros de mes se está pagando la parte variable a todos los alumnos». El ingreso de la ayuda ha llegado, según afirman, «al 95% de los estudiantes becados», un dato que «es incluso mejor que en años anteriores». Además, «aunque aún no hay datos cerrados del número de becados», adelantan que la cifra de alumnos beneficiarios «ha sufrido un aumento considerable».
Pero lo cierto es que los estudiantes afectados por los demoras que el Ministerio desmiente ya han comenzado a organizarse «ante la falta de respuestas en las direcciones de atención al ciudadano del Ministerio». «Los retrasos se han producido por el nuevo sistema de becas que ha implantado el Gobierno», denuncia Almudena Abéjar, portavoz de la Plataforma de Afectados por las Becas.
El sistema de becas que ha impuesto este curso el ministro Wert divide el importe económico en una parte fija (las tasas de la matrícula, un máximo de 1.500 euros ligados a la residencia y a la renta del solicitante, y una beca básica de 200 euros) y otra variable, que se distribuye con el dinero restante tras la asignación de esta primera parte.
Mientras que el curso pasado en torno a febrero muchos estudiantes habían ingresado la totalidad de la beca, este curso por las mismas fechas se asignaron solo las partes fijas de la subvención, es decir, menos dinero. Entre los más afectados, los que viven fuera de casa y tienen que hacer frente a los recibos del alquiler, y los que sufrieron algún error en la asignación, como Almudena, que tras no recibir nada en la parte fija, alegó y todavía sigue esperando los 1.500 euros que le ha reconocido el Ministerio.
«Vivo con los 3.000 euros en concepto de residencia y renta y otra ayuda de 30 euros para hacer la compra semanal que me dio mi universidad. El año pasado, en febrero me habían ingresado el total, de más de 6.000 euros», cuenta Verna Martínez, que cursa segundo del Grado de Filosofía en la Universidad de Santiago de Compostela. Intenta mantener su 10 de media, aunque cree que «este curso bajará un poco la nota». Solicitó la beca, como cada año, porque la situación económica de su familia es difícil. «Somos tres hermanos y mis padres no tienen trabajo. Estamos en el umbral más bajo de renta que marca la convocatoria del Ministerio», explica.
A la espera de la cuantía variable
Además, a la reducción del dinero disponible de los estudiantes se suma la incertidumbre de cuánto les corresponderá en la parte variable. «La incertidumbre es total. El año pasado podías calcular más o menos cuánto te darían en función de tu nivel de renta, pero ahora con la nueva fórmula para la cuantía variable no puedes saber qué te corresponde», indica Martínez.
La fórmula matemática de cálculo de la cuantía variable –que tiene en cuenta la renta y las calificaciones de los estudiantes– ha sido objeto de muchas críticas por su complejidad y opacidad. «El cálculo se obtiene de variables como la nota media y la renta del conjunto de becados que el Ministerio no ha hecho públicas», critica Almudena Abéjar.
Por otro lado, el cálculo está centralizado por el Ministerio, por lo que las universidades deben enviar toda la información de los requisitos académicos y económicos de los estudiantes, «lo que alarga el proceso y amplía el margen de error», alerta Luis Rodríguez, vicerrector de la Universidad de Oviedo y miembro de la comisión sectorial de estudiantes (RUNAE) de la Confederación de Rectores de Universidades Españolas.
Raúl Gutiérrez, estudiante de Medicina.
Después de la tardanza, no siempre el importe de la variable supone una buena noticia para los beneficiarios. Raúl Gutiérrez se trasladó el curso pasado desde Los Navalucillos (Toledo) a Madrid para estudiar Medicina en la Universidad Complutense de Madrid. Entonces, además de la Beca de Excelencia de la Comunidad de Madrid gracias a un 9,5 de media en el acceso a la Universidad, recibió 3.336 euros de beca de movilidad.
Este año, sólo le ha correspondido la beca de la matrícula y 1.124 euros de la parte variable. «La situación de mi casa no es ruinosa pero es peor que la del año pasado. Mis padres trabajan, pero mi madre tiene media jornada y a mi padre este año le han bajado 150 euros del sueldo», expone.
Según los casos que llegan a la Plataforma de Afectados por las Becas, «los estudiantes más perjudicados son los que más recibían en las convocatorias anteriores, con motivo de la movilidad y aspectos concretos que se tenían en cuenta y que ahora tienen menos peso», apunta Almudena Abéjar. A la vista de las cantidades recibidas que los estudiantes han comunicado a la plataforma, «calculamos una reducción de un 20% de media en las asignaciones», dice Abéjar.
En el curso 2012-2013, la cuantía media de las becas concedidas a universitarios se redujo un 2,16% respecto al anterior, lo que representa el primer descenso en 15 años, según los datos de una respuesta escrita del Gobierno al diputado socialista Miguel Ángel Heredia de los que se hizo eco la agencia Efe.
Gastos reducidos al mínimo
El ministro de Educación ha repetido en muchas ocasiones que el nuevo sistema de becas beneficiaría más a los alumnos con menos recursos y mejores notas. Pero las ayudas repartidas hasta el momento hacen pensar a Verna Martínez que no será así. «La gente dice que las cuantías variables máximas que se han repartido son de algo más de 2.000 euros, así que en mi caso no llegaría a la cantidad que recibí el año pasado», afirma. Almudena Abéjar afirma que no se ha topado aún con ningún caso que alcance los 6.000 euros de años anteriores.
Raúl Gutiérrez, con casi un 8 de media, ha tenido que adaptar sus gastos ante la reducción de la ayuda. Su hermano también estudia en Madrid, así que ya no pueden permitirse tan frecuentemente los 26 euros que cuesta el transporte a su pueblo y apenas sale. «Si lo hago es a un bar un par de horas y a lo barato», apunta. Las comidas en la cafetería han dado paso al tupper y agradece que este año no haya tenido que comprar apenas libros, «porque los de Medicina son muy caros, el atlas de Anatomía del año pasado me costaba unos 80 euros cada tomo», aunque sí ha tenido que imprimir muchos apuntes.
Alejandro, estudiante de Bellas Artes, sigue esperando su beca.
Alejandro ha empezado a cambiar el autobús por la bicicleta para ahorrarse los dos euros que cuesta cada trayecto hasta la facultad. «La situación es verdaderamente angustiosa. Intento reciclar todo el material que puedo, como los lienzos de otros años. Si tengo que comprar algo, miro en un montón de tiendas, comparo y termino comprando siempre lo más barato», explica. A pesar de las dificultades, este alumno lo tiene claro: «Las carencias no me van a quitar la ilusión ni las ganas de labrarme mi futuro».
Para Gutiérrez, «lo más increíble es que de un año a otro, con el mismo patrimonio y menos renta, haya pasado de ser pobre a ser rico, al menos según los umbrales de la beca. Me parece una tomadura de pelo brutal». Además, critica que las decisiones del Ministerio son «políticas»: «La única explicación que encuentro es que quieran quitar a muchos estudiantes de la universidad y tenernos como trabajadores baratos en puestos que no exijan tanta cualificación».
Desde la Plataforma de Afectados por las Becas, explica Béjar, han subido a su página un modelo de escrito para denunciar ante el Ministerio de Educación el « silencio administrativo en el que ha incurrido al excederse en los seis meses que marca la ley». «Las becas se están resolviendo fuera de plazo así que abrimos la vía para dejar constancia de esta irregularidad y que los afectados puedan incluso reclamar responsabilidades por los perjuicios ocasionados», añade. Verna aún no ha escrito la reclamación, pero asegura que lo hará. «Quiero que quede constancia del retraso, aunque no sé si servirá de algo. Es un parche menor».
Para este martes está previsto que la Plataforma de Afectados por las Becas y el Sindicato de Estudiantes hagan pública una carta que van a entregar al ministro Wert para transmitirle la «situación insostenible» en la que se encuentran muchos alumnos y alumnas que aún desconocen el importe total de su beca. En rueda de prensa anunciarán también diversas acciones de protesta y movilizaciones convocadas para los próximos días.
Fuente: eldiario.es