- Sólo el 11% de la población mundial está protegida por leyes antitabaco.
- Una iniciativa forma a profesionales sanitarios para luchar contra este hábito.
Conseguir que nadie tenga que trabajar en un ambiente lleno de humo. Ese es el objetivo de una nueva iniciativa con la que se han comprometido gobiernos, compañías y organizaciones de todos los sectores en el marco de la ‘Clinton Global Initiative’ que se celebra estos días en Nueva York. Este encuentro, que fue inaugurado por el ex presidente de los EEUU en 2005, reúne cada año a organismos del sector público y privado para «dar soluciones a los desafíos más acuciantes».
La lucha contra el tabaco tiene un papel prominente en el encuentro de este año. Por tanto, quienes han firmado el acuerdo –un ejemplo es la Clínica Mayo de EEUU- se comprometen a combatir con sus recursos la presencia del tabaco en cualquier entorno laboral y animan a los empresarios a acabar con este hábito en sus compañías.
Los espacios sin humo son cada vez más comunes en el mundo desarrollado. Sin embargo, el tabaco sigue campando a sus anchas en la gran mayoría de países subdesarrollados. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sólo el 11% de la población mundial está protegida por leyes antitabaco y la mayor parte de estas personas vive en Europa o EEUU.
«Nos enfrentamos a una epidemia de tabaquismo, si no se trata ya de una pandemia», ha señalado durante el encuentro Howard Koh, del Departamento estadounidense de Sanidad, otro de los organismos que, junto a compañías como Johnson y Jonhson, ha firmado el compromiso de acción.
La iniciativa busca tanto a empresarios que quieran convertir sus espacios laborales en 100% libres de humo –si entran en la iniciativa podrían beneficiarse de la experiencia y apoyo de otras compañías que ya lo han hecho-, como a organismos que ya son ‘antitabaco’ o a organizaciones que quieran financiar económicamente los recursos necesarios para la puesta en marcha de entornos laborales sin humo.
Afecta a la productividad
Que el tabaco esté presente en una empresa, aseguran los firmantes, afecta directa e indirectamente en la salud de los trabajadores y en la productividad de la compañía. En cambio, desarrollar un entorno laboral libre de humo, continúan, permite reducir costes y aumentar el rendimiento de los trabajadores.
Su mensaje a los creadores de empleo es claro: si no acaba con el tabaco por la salud de sus trabajadores, hágalo por sus propios intereses económicos. Por el momento, la Sociedad Americana contra el cáncer, la campaña ‘Niños sin tabaco’ y el grupo de ONG estadounidenses GBCHealth ya se han unido a la iniciativa.
La idea entronca precisamente con una estrategia presentada en la reunión de la Clinton Global Initiative del año pasado, denominada Global Bridges, que se fundó para desarrollar una red global de profesionales sanitarios especializados en tratamientos y estrategias antitabaco. En menos de un año, esta iniciativa ha formado a más de 5.800 profesionales de 31 países diferentes.
Publicado en: elmundo.es