- Uno de cada tres automovilistas de entre 18 y 30 años reconoce que se ha lanzado a la carretera después de haber consumido alcohol «sustancialmente»
Los jóvenes vinculan la conducción a la libertad, a la autonomía y al placer. Pero también la relacionan con la excitación y el riesgo, según advierte un estudio de la Fundación de Ayuda Contra la Drogadicción (FAD) y la Fundación Mapfre, que concluye que cerca del 64% de los ciudadanos de entre 16 y 30 años admite que, durante los últimos seis meses, se ha subido a un coche en manos de alguien que había bebido «sustancialmente» alcohol. Además, un 32% reconoce que se ha montado en un vehículo con un automovilista que había consumido cannabis o marihuana; un 10% con uno que había ingerido cocaína o speed; y un 5% con uno que había tomado éxtasis, anfetaminas o alucinógenos.
«Las cifras son espeluznantes», ha sentenciado este jueves la directora general de la DGT, María Seguí. «La asignatura pendiente de este país es la Seguridad Vial: en los colegios, en la obtención del carné y como formación continuada», ha añadido Bartolomé Vargas, fiscal coordinador del área de Seguridad Vial. «Y, actualmente, el porcentaje de positivos de drogas entre conductores es superior al de alcohol», ha remachado Jesús Monclús, director de Seguridad Vial de la Fundación Mapfre. Los tres han participado en la presentación de esta encuesta, elaborada con las respuestas de casi un millar de jóvenes y que ha analizado su actitud ante el consumo de este tipo de sustancias.
El documento también revela que uno de cada tres automovilistas, de entre 18 y 30 años, admite que se ha lanzado a la carretera después de haber bebido «sustancialmente» alcohol. Un 10% después de tomar marihuana o cannabis; un 4,3% después de cocaína y speed; y un 3,8% después de éxtasis, anfetaminas o alucinógenos. «Aunque formalmente reconocen el riesgo de asociar drogas y alcohol a la conducción, este reconocimiento queda minimizado en la práctica», subraya Eusebio Megías, director técnico de la FAD.
Según ha concluido el estudio presentado este jueves, el perfil de mayor riesgo entre los jóvenes se corresponde con el de un hombre y con más de cinco años de carné. En este sentido, María Seguí ha recordado que menos de la mitad de las sanciones tramitadas por la Guardia Civil por consumo de droga al volante se impusieron a menores de 30 años. «Por tanto, el consumo de estas sustancias no es un problema exclusivo de esta franja de edad», ha destacado la máxima responsable de Tráfico.
«Las drogas están entre nosotros. Están circulando por el Paseo de la Castellana, están llevando los niños al colegio…», ha continuado Seguí. Según los datos del Instituto Nacional de Toxicología, el 39,09% de los automovilistas muertos en 2014 habían bebido o tomado algún tipo de estupefaciente. Y, según los cálculos de la DGT, si se erradicara estas sustancias de las carreteras se evitarían 900 muertes al año por accidente de tráfico. «Pero el contexto de ocio en el que se mueven los jóvenes no predispone a la prudencia», ha apuntado Megías, que ha mostrado su preocupación por el «ámbito rural», donde se hace «habitual» el uso del coche para transitar entre pueblos después de haber consumido.
Fuente: elpais.com