Hepatitis C: colectivos afectados
Las campañas de concienciación ciudadana son muy importantes para lograr el objetivo final de eliminar la enfermedad. En este sentido se están desarrollando actuaciones a nivel de determinados colectivos que sabemos “con una alta tasa de hepatitis C, probablemente inmigrantes, personas que consumen drogas por vía parenteral, con conductas sexuales de riesgo, o incluso gente interna en prisión donde la frecuencia es superior a la media, porque han tenido contacto con drogas por vía intravenosa” . La hepatitis C ha sido objeto de debate en los cursos de verano de El Escorial, este mes de julio, donde el doctor Calleja refirió que esta dolencia se ha de interpretar como un problema mundial: “Durante las últimas décadas hemos tenido un problema de salud pública muy importante. Además, hay un amplio desconocimiento en la población sobre esta infección vírica, dado que mucha gente aún no sabe que se trata de una enfermedad curable. Con un tratamiento finito se consigue una curación completa. Hasta ahora se ha pensado en el beneficio individual pero ahora hay que pensar en tratar a todos los pacientes que pueden transmitirla en beneficio de la sociedad, para reducir los casos nuevos de infección”. El curso, patrocinado por Gilead, fue inaugurado también por Maravillas Izquierdo, subdirectora general de la cartera de Servicios del SNS y Fondos de Compensación, y la doctora María Buti, presidenta de la Asociación Española para el Estudio del Higado (AEEH).Día Mundial contra la hepatitis
Con ocasión del Día Mundial contra la Hepatitis, 28 de julio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recordado que el virus de la hepatitis C se transmite a través de la sangre, y que la mayoría de las infecciones se producen por exposición a pequeñas cantidades de sangre a través del consumo de drogas inyectables, de prácticas de inyección o de atención sanitaria poco seguras y de la transfusión de sangre y productos sanguíneos sin analizar. Se estima que hay en el mundo 71 millones de personas con infección crónica por el virus de la hepatitis C, y que un número considerable de esas personas con infección crónica desarrollarán cirrosis o cáncer de hígado. Cada año, siempre según la OMS, mueren casi 400.000 personas por hepatitis C, sobre todo por cirrosis y carcinoma hepatocelular. Los antivíricos pueden curar más del 95% de los casos de infección por el virus de la hepatitis C, lo que reduce el riesgo de muerte por cáncer de hígado y cirrosis, pero el acceso al diagnóstico y el tratamiento es limitado.En la actualidad no existe ninguna vacuna contra la hepatitis C, pero la investigación en esa esfera continúa.El virus de la hepatitis C (VHC) causa infección aguda y crónica. Por lo general, la infección aguda es asintomática y en raras ocasiones (o en ninguna) se asocia a una enfermedad potencialmente mortal. Aproximadamente un 15-45% de las personas infectadas elimina el virus espontáneamente en un plazo de seis meses, sin necesidad de tratamiento alguno. El 55-85% restante desarrollará infección crónica, y en estos casos el riesgo de cirrosis hepática a los 20 años es del 15-30%. El período de incubación de la hepatitis C puede variar de dos semanas a seis meses. Tras la infección inicial, aproximadamente un 80% de los casos no presentan síntomas. Aquellos con sintomatología aguda pueden presentar fiebre, cansancio, inapetencia, náuseas, vómitos, dolor abdominal, orinas oscuras, heces claras, dolores articulares e ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos).
Prevención
Como no hay vacunas para prevenir la infección por el VHC, la prevención depende de la reducción del riesgo de exposición al virus en el entorno sanitario, en los grupos de población de alto riesgo, como los consumidores de drogas inyectables, y en los contactos sexuales.- Higiene de las manos, incluida la preparación de las manos para la cirugía, el lavado de las manos y el uso de guantes.
- Uso seguro y apropiado de las inyecciones en la atención sanitaria; manipulación y eliminación segura de objetos afilados y desechos.
- Seguimiento periódico para el diagnóstico precoz de la enfermedad hepática crónica.
- Prestación de servicios integrales de reducción de daños a los consumidores de drogas inyectables, por ejemplo proporcionando material de inyección estéril.
- Análisis de la sangre donada para detectar las hepatitis B y C (así como el VIH y la sífilis).
- Capacitación del personal sanitario; y promoción del uso correcto y sistemático de preservativos.
- Información y asesoramiento sobre opciones de atención y tratamiento.
- Vacunación contra las hepatitis A y B para prevenir la coinfección por esos virus y proteger el hígado.
- Tratamiento médico temprano y adecuado, incluida, si procede, la terapia antivírica.
- Seguimiento periódico para el diagnóstico precoz de la enfermedad hepática crónica.