¿Te acuerdas de cuando tus padres te decían que las drogas podían matarte incluso aunque solo las probaras una vez? Quizá en aquella época esta afirmación fuera un poco exagerada, pero hoy día, podría decirse que las paranoias de tus padres están empezando a convertirse en una realidad.
Cada vez es más frecuente el uso de sustancias altamente peligrosas —como el fentanilo, un opiáceo mortal mucho más potente que la heroína— para adulterar determinadas drogas o incluso para venderlas haciéndolas pasar por cocaína, MDMA o Xanax. Con este panorama, aceptar una raya de un desconocido nunca había sido más arriesgado. Además del fentanilo, se están utilizando otros opiáceos igual de peligrosos para cortar sustancias, lo que provoca un aumento considerable del riesgo de sufrir una sobredosis. Veamos, por ejemplo, las estadísticas de EUA: el número de muertes causadas por el consumo de esta droga entre 2013 y 2014 se eleva a más de 700, una cifra alarmante que ha aumentado a la vez que lo ha hecho la proliferación de esta sustancia entre las drogas de consumo recreativo. Recientemente, un experto se refirió al consumo excesivo de opiáceos como la peor epidemia provocada por el hombre en la historia de la medicina moderna«.
Sí, has leído bien. Esto va en serio. Estamos hablando de que podrías morir. Quizá puedas pasar tus años de instituto fumando solo porros de vez en cuando, pero las probabilidades de que consumas drogas durante la etapa universitaria son mucho mayores. En cualquier caso, si tienes intención de probarlas de todos modos, quizá deberías tener estos consejos en mente.
Medicamentos falsos
Desde hace varios años, en determinados países del mundo, como EUA y Canadá, el problema de la venta de medicamentos falsos no ha hecho más que crecer. Actualmente, los fármacos afectados por la venta de falsificaciones son OxyContin, Percocet y Xanax. En todos esos casos se halló contenido de fentanilo en los comprimidos de estos fármacos. Según un traficante con el que hablamos, los comprimidos falsos de Xanax se pueden identificar por tener un mayor grosor y granulado que los auténticos. Dado que estos fármacos son totalmente ilegales, la cantidad de droga que contiene cada comprimido puede variar enormemente, lo que incrementa el riesgo de sobredosis.
Lori Kufner, miembro del grupo de reducción de daños Trip! Project nos explicó que «cualquiera puede prensar pastillas hoy día. No resulta costoso ni complicado. Por mucho que compares lo que te han dado con lo que aparece en internet, realmente no puedes saber cuál es su contenido».
A’lisa Ramsey, canadiense de 20 años, es una de las víctimas de la falsificación de sustancias. Solía tomar OxyContin cuando salía de fiesta, hasta que un día un camello le dijo que lo que le estaban vendiendo no era OxyContin, sino fentanilo. Para cuando lo supo ya era demasiado tarde y había desarrollado una adicción al fentanilo.
Aceptar rayas cuando sales de fiesta
Aceptémoslo: aceptar una rayita de alguien a quien no conoces mientras estás dándolo todo en el club no es muy recomendable, sobre todo porque a simple vista es imposible saber qué lleva el polvo blanco que te están ofreciendo. Chelsea, de 27 años, tuvo una experiencia durante el cumpleaños de una amiga que le hizo aborrecer las drogas para siempre. Estaba en un club de striptease con las chicas y salió fuera un rato. Allí entabló conversación con una mujer rubia, que al poco rato le ofreció una raya de coca. Chelsea había tomado cocaína desde los 18 años, así que aceptó. Cuando fueron a comprar un pollo al camello, Chelsea dijo que prefería meterse solo una punta. Probablemente aquella decisión le salvó la vida. «Lo último que recuerdo fue que me dirigía hacia donde estaba mi amigo, y un minuto después sucedió… Alguien le dijo, ‘Tu amiga está sufriendo una sobredosis'».
Cuando recobró el conocimiento, Chelsea estaba en una habitación de hospital, con la camisa rasgada por el pecho. Para salvarla, le habían administrado naloxona, la sustancia que se utiliza para tratar intoxicaciones agudas por opiáceos. Le dijeron que, tras los análisis, la única droga que habían hallado en sus sistema era el fentanilo. Más tarde supo que la chica que le ofreció la raya había muerto, y que el camello que se la vendió y otra persona también habían sufrido sobredosis. «Ya no puedes estar segura, y no vale la pena arriesgar la vida por una raya», nos explicó. Y el caso de Chelsea no es el único.
No consumas cuando estés sola
Si estás sola, nadie va a poder ayudarte como te pase algo. «Aunque prefieras que nadie se entere de que consumes drogas, no lo hagas sola en tu habitación», aconseja Kufner. «Mucha gente podría haber salvado la vida si hubiera tenido a alguien cerca».
Solicita un kit de naloxona
Infórmate sobre la disponibilidad de este antídoto en tu ciudad. En Cataluña, por ejemplo, se suministran kits de naloxona como parte de su programa de prevención de la sobredosis. Por muy útil que sea la naloxona, recuerda que no vas a poder administrártela tú sola si sufres una sobredosis, por lo que es importante que estés con alguien para que lo haga en caso de necesidad. También es útil que aprendas a reconocer los síntomas de una sobredosis por opiáceos.
Asegúrate de que la persona a quien compras sea de fiar
Si quieres tomar drogas, lo mejor es que conozcas mínimamente a la persona que te las vende o que alguien garantice su calidad. Como mínimo, procura no comprar a desconocidos, o que al menos sean amigos de algún amigo. «Ahora mismo, tener buenos contactos es fundamental, y aun así siempre hay un riesgo bastante alto…», asegura Kufner.Es mejor consumir en pequeñas dosis
Este es un consejo que verás repetido en muchas partes. Efectivamente, es mejor tomar pequeñas dosis y esperar entre 45 minutos y una hora para ver los posibles efectos antes de consumir más o de que otra persona también tome. No obstante, Kufner recomienda que la segunda dosis también sea pequeña, «sobre todo por si la droga contiene fentanilo; quizá en la primera toma no tuviera efecto por ser poca cantidad, pero podría matarte en la segunda dosis si la cantidad es la habitual».
También es importante tener en cuenta que una misma cantidad de fentanilo puede provocar una sobredosis a una persona y no tener ningún efecto en otra.
No mezcles sustancias (sí, eso incluye el alcohol)
Kufner nos explicó que los peores casos que ha visto trabajando en reducción de daños han sido los de personas que habían mezclado drogas y alcohol. Desgraciadamente, cuando bebemos nos apetece más tomar drogas, por lo que la combinación puede resultar bastante explosiva.
Lleva tu droga a analizar
Esta es la mejor manera de asegurarte de que no te den gato por liebre. En España, proyectos de reducción de riesgos como Energy Control ofrecen un servicio de análisis de sustancias que te permitirá saber qué contienen. Hay que precisar, no obstante, que si la cantidad de fentanilo o de otros opiáceos es muy baja, puede no dar positivo en el análisis y aun así ser perjudicial al consumirla.
Si vas a tomar drogas para mejorar el rendimiento en clase, hazlo con cabeza
Por el momento no se han dado casos de «pastillas para la inteligencia» que contuvieran fentanilo. «En todo caso, es como cualquier otro estimulante: lo importante es mantenerse hidratado e ir descansando», recomienda Kufner, quien también señala que las personas que se pasan días sin dormir a base de este tipo de fármacos pueden sufrir alteraciones del humor y problemas de salud. Además, mezclar sustancias como el Ritalin con cafeína aumenta considerablemente el riesgo de infarto, y la falta de sueño, alimentación o hidratación, combinada con el alcohol puede propiciar la aparición de convulsiones. Kufner insiste en que la clave está en hacer pausas frecuentes y en que la falta de sueño y el consumo de fármacos para mejorar el rendimiento mental no son la mejor receta para aprobar un examen.
Fuente: Vice.