«Estas incluyen la difusión de información sobre cómo reducir los riesgos asociados al uso de drogas, la provisión de servicios que mejoren la seguridad de las personas que consumen drogas (como los programas de intercambio de agujas y jeringuillas, y espacios más seguros para inyectarse drogas), y todo un conjunto de tratamientos de farmacodependencias».Ante esto la IDPC puntualiza:
«Los enfoques de reducción de daños también persiguen identificar y propugnar cambios en las leyes, normativas y políticas que aumentan los daños, o que bloquean la introducción o la eficacia de intervenciones para reducirlos y de servicios sanitarios destinados a personas que consumen drogas».De esta manera, las políticas de reducción de daño son una alternativa adecuada para la intervención preventiva en el uso de las drogas, que brinda los espacios y se mantiene en la búsqueda de las investigaciones y recursos necesarios, para mitigar las posibles conductas inadecuadas dadas por el exceso de los fármacos. Asimismo, es una filosofía realista que tiene como objetivo educar a la sociedad en el consumo consciente de drogas, por medio de prácticas amigables e inclusivas que dan al individuo las herramientas necesarias y el conocimiento objetivo, para decidir de qué manera usará los fármacos. Fuente: www.danzeria.com