Alerta mundial por el auge en la fabricación y consumo de sustancias de diseño | Se han detectado 348 nuevos tipos en los últimos años, 100 sólo en el 2013 | Su bajo precio y que no estén penalizadas facilitan su consumo entre los jóvenes.
La alerta la ha dado la ONU, y la confirman las fuerzas de seguridad y los especialistas consultados. Porque el espectacular auge de la fabricación, distribución y consumo, especialmente entre los jóvenes, de las llamadas «drogas sintéticas«, en un mercado globalizado, ha disparado todas las alarmas. Se trata, como subraya este organismo, «de un crecimiento sin precedentes», con graves consecuencias para la salud pública. Un ejemplo, 348 nuevas sustancias -muchas derivadas de las anfetaminas- han sido detectadas y registradas en los últimos años, 100 sólo en el 2013. Hasta el punto de que en zonas de EE.UU. ya son más populares que las drogas tradicionales como la cocaína, el cannabis o la heroína.
En Europa su presencia es intensa en el Reino Unido, los países nórdicos y Holanda, como así recoge el último informe del Observatorio Europeo de las Drogas y Toxicomanías. Mucho menos en España, según confirman desde la unidad de drogas sintéticas de la Policía Nacional, que lo observan, de momento, como un problema mucho menor al de otras sustancias. Pero advierten de que «el problema es muy complejo, porque muchas de estas nuevas drogas no están fiscalizadas, penalizadas, lo que hace muy difícil su persecución». Esta es una de las claves de su espectacular crecimiento: son alegales. Lo comenta Vicente Pizcueta, presidente de Controla Club. «La mercadotecnia del narcotráfico evoluciona a una velocidad enorme y hace tiempo que lo venimos alertando; los fabricantes realizan modificaciones moleculares para lograr burlar a la justicia». De hecho, en los informes internacionales se conocen como legal highs, cuya traducción podría ser «subidones legales». Son además, añade Pizcueta, «drogas mucho más baratas que las convencionales como la cocaína, y fáciles de transportar, muy asociadas al ocio de los jóvenes».
Esta es la principal preocupación del informe de la ONU; pues son los más jóvenes su público potencial. Al ser drogas fáciles de conseguir, alegales, baratas (se las conoce como drogas low cost), tienen un potencial efecto llamada. Se buscan principalmente con dos objetivos: la sobreestimulación y, también, darse «bajones» cuando se quiere descender del «subidón»; para lo que se consumen los denominados simuladores sintéticos del cannabis. Una moda inquieta mucho a los facultativos: la denominada «mezcla» o «puchero», en el que se consumen al mismo tiempo varias drogas sintéticas -o estas drogas con alcohol- para lograr un «fuerte subidón».
Pero hay un problema aún peor: se desconoce gran parte de sus efectos. Vicente Pizcueta lo resume: «Como se han modificado y no son drogas testadas en laboratorio, puede pasar cualquier cosa: es como el aceite de colza, tenía la textura, el aroma y la densidad de un aceite normal, pero resultó ser mortal». La alerta llega también de los facultativos que como el doctor Benjamín Climent, jefe de la unidad de toxicología del hospital General de Valencia, alertan de que pueden llegar a causar la muerte.
Sólo con la detección y prohibición se consigue disminuir su consumo. Es lo que ocurrió con la mefedrona -que se suele vender como falso éxtasis- en el Reino Unido. Hasta su prohibición, fue una sustancia cuyo consumo iba en aumento, con muchos casos de fuerte toxicidad entre jóvenes. El informe de la ONU reconoce que, una vez prohibida, su consumo se ha reducido.
La Policía Nacional lucha en dos direcciones, principalmente; cortocircuitar la distribución y localizar a los fabricantes. Se advierte, en este sentido, de que estas drogas se distribuyen hasta en paquetería postal, y un camello puede llevar veinte mil pastillas en una mochila. «La infraestructura para su distribución es mucho más sencilla que en las drogas clásicas», alertan fuentes de la policía. Pero añaden también que en España no hay presencia destacada de fabricantes, «pues las sustancias base para elaborar estas pastillas están muy controladas; no ocurre lo mismo en otros países». México (en cuya frontera con EE.UU. se desarrolla la trama de la popular serie Breaking bad sobre un fabricante de metanfetamina), algunos países del Este, India y también China son núcleos importantes de fabricación de estas drogas que entran en Europa occidental con extrema facilidad.
Las fuerzas seguridad sí han detectado un aumento de consumo del sulfato de anfetamina -una variable del speed-. También las comunidades inmigrantes tienen su propia cultura de la droga. Y la policía pone como ejemplo el shabu -clorhidrato de metanfetamina-, una droga sintética muy extendida en Asia y muy peligrosa. Son sólo ejemplos de nuevas sustancias que, unidas a las clásicas, y penalizadas, como el éxtasis, speed, popper o la ketamina, ya están asociadas a la cultura del ocio nocturno, también en España.
Vicente Pizcueta señala que «debemos hacer todos un esfuerzo para ser conscientes de lo que nos puede venir encima en pocos años en España». También la fuentes de la Policía Nacional consultadas coinciden en «lo complicado» de un fenómeno que muta continuamente para burlar a la justicia, abaratar las drogas y potenciar sus efectos.
Fuente: http://www.lavanguardia.com