Es la droga más consumida y la que envía a sus usuarios al hospital con más frecuencia. Y sin embargo, menos del 60% de los bebedores empedernidos reconoce que sus hábitos les ponen en riesgo, según la Encuesta Global sobre Drogas de 2014. Ya sea por el carácter festivo del alcohol, por sus beneficios sobre la salud (cuando se toma con moderación) o simplemente por su omnipresencia en cualquier reunión social, muchos bebedores no se toman en serio este problema. Por eso, le pedimos a Kenneth R. Warren, director adjunto del National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism (NIAAA) que nos ayudara a aclarar algunas cuestiones.
Mito 1: Puedes tomarte una bebida alcohólica cada hora y conducir sin problema hasta casa
Probablemente hayas oído esta teoría, según la cual nuestro cuerpo procesa de forma natural una bebida cada hora. En realidad, explica Warren, se necesitan unas dos horas. “La tasa media para metabolizar el alcohol es de 100 miligramos de alcohol por kilogramo de peso corporal a la hora”, señala. “Para una persona de 72 kg, dice, esto se traduciría por unos 7 gramos de alcohol a la hora. Un tercio de cerveza equivale aproximadamente a 14 de gramos de alcohol, por lo que se necesitarían dos horas para metabolizarlo. Por tanto, si te pides algo cada hora, lo normal es que también vayas perdiendo facultades cada hora”.
Mito 2: Puedes espabilarte rápidamente si te lo propones
Nada puede acelerar el proceso, ni una taza de café caliente ni una ducha fría. De hecho, la cafeína puede empeorar la situación, según el experto. “La cafeína es un estimulante y, como consecuencia, la persona que la tome estará más despierta, pero no menos ebria”, afirma. “Así, puede crearse una falsa impresión de confianza”, lo que podría dar lugar a un comportamiento más temerario.
Mito 3: Si “abres el grifo”, te pasarás toda la noche en la cola del baño
El alcohol te hará pasar más tiempo en el baño que si no hubieras bebido, puesto que inhibe la hormona vasopresina, que hace que se envíe más líquido a la vejiga. Además, el alcohol es diurético, por lo que cada célula de nuestro cuerpo genera más líquido cuando bebemos. El fluido adicional también va a parar a la vejiga. Por tanto, es normal que, de repente, te entren ganas de ir al baño… Y está claro que si sigues bebiendo, la cantidad de líquido que necesites eliminar irá en aumento. No obstante, no tiene nada que ver con el tiempo que aguantes antes de ir la primera vez a los aseos.
Mito 4: Cerveza antes de los cubatas, resaca asegurada
Lo cierto es que las resacas están producidas por la cantidad de alcohol que has consumido, no por el orden en el que lo hayas consumido, explicaba el New York Times. “La gente suele empezar bebiendo cerveza y pasar después a las bebidas destiladas, por lo que piensan que son estas últimas las que emborrachan”, contaba al Times Carlton K. Erickson, director del Addiction Science Research and Education Center de la Facultad de Farmacia en la Universidad de Texas. “Sin embargo, el hecho de mezclar ambas en realidad no tiene nada que ver”.
Mito 5: La cerveza da barriga cervecera
Es verdad que puede hacerlo, pero al igual que cualquier cosa que consumas en exceso. La típica “barriguita cervecera” es una señal de que te estás sobrepasando con algo, pero no necesariamente con la cerveza. “Lo normal es que la tripa cervecera se deba a un consumo excesivo de calorías en general”, explicaba a The Huffington Post Marion Nestle, profesora de nutrición y salud pública en la Universidad de Nueva York.
Mito 6: Una copa antes de ir a la cama te ayudará a dormir
Puede que así te resulte más fácil dormirte, pero el sueño rápido que te produce el alcohol también se interrumpe con facilidad. Según un análisis realizado en 2013, el alcohol suele afectar al sueño durante la fase de movimiento ocular rápido, lo que hace que disminuya el tiempo que pasamos en esta etapa crucial.
Mito 7: La clave son los “chupitos” que previenen la resaca
No existen pruebas científicas que demuestren lo que prometen esos productos que se venden como la cura de las resacas, independientemente de la cantidad de vitaminas que contengan, afirma Warren. “En los últimos tiempos, [los fabricantes] han añadido tiamina, ácido fólico, vitamina B6 o vitamina B12 y afirman que esto contribuye a acelerar la eliminación de alcohol”, explica, pero “no hay nada que pruebe esto”.
Mito 8: Tomando bacón, huevos y queso a la mañana siguiente, te quedarás como nuevo
Casi todo el mundo tiene sus propios remedios gastronómicos para acabar con la resaca, pero lo que importa de verdad es lo que comas antes (o durante) la noche, asegura Warren. “Si comes antes de beber o mientras estás bebiendo, la comida disminuirá la tasa de absorción del alcohol en el cuerpo y… la concentración de alcohol en la sangre no será tan elevada”, dice. No obstante, ninguna investigación sostiene que los desayunos post-party tengan algún beneficio.
Mito 9: Desmayarse a causa del alcohol no es para tanto
Puede que alguna vez hayas oído a alguien presumir de haberse levantado del suelo sin saber muy bien cómo había llegado hasta ahí… como si desmayarse fuese un nivel más en la borrachera y no algo peligroso. “La intoxicación etílica consiste en beber tal cantidad de alcohol que se inhibe la actividad del sistema nervioso, de modo que el individuo detiene sus funciones corporales”, explica Warren. Algunas de las respuestas reflejas que nos mantienen vivos (como la tos, las arcadas o la respiración) pueden dejar de funcionar por completo, lo que puede llegar a causar la muerte o, lo que es más común, que alguien se trague su propio vómito y se ahogue. “Una persona tiene que saber cuánto está bebiendo y asegurarse de que no está arriesgando su vida”, señala Warren.
Fuente: huffingtonpost.es