La igualdad y la no discriminación son principios básicos de las normas internacionales de derechos humanos. Toda persona, sin distinción, tiene derecho a disfrutar de todos los derechos humanos, incluido al derecho a la igualdad de trato ante la ley y el derecho a ser protegido/a contra la discriminación en todas sus manifestaciones, entre ellas por razón de orientación sexual e identidad de género.