Según un estudio español realizado a 480 jóvenes:
El alcohol es más agresivo con las mujeres.
- El alcohol causa mas complicaciones graves en ellas que en ellos.
- Las mujeres sufren más atrofia cerebral y pérdida neuronal.
Es bien conocido que el alcoholismo es una enfermedad crónica que dispara el riesgo de complicaciones graves y de muerte prematura. No se sabe tanto, en cambio, del impacto diferente que tienen estas bebidas en hombres y mujeres, pese a que en las últimas décadas las féminas de Occidente tienen unas pautas de consumo similares a las de los varones. Un grupo de investigadores catalanes acaba de publicar nuevos hallazgos que podrían arrojar algo de luz en este campo.
El ensayo, publicado en el último número de ‘Medicina Clínica’, ha estado dirigido por Arantza Sanviens, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol que, en colaboración con expertos del Hospital Universitario de Bellvitge (ambos en Barcelona), ha analizado a un total de 480 pacientes (un 78 varones) ingresados para desintoxicación alcohólica en las unidades de tratamiento de los dos centros sanitarios.
«La prevalencia del consumo de alcohol es elevada en España. Hasta un 73% de la población con edades comprendidas entre los 13 y los 64 años ha consumido alcohol en el último año y un 10% las toma a diario… Un 7% de los hombres y un 3% de las mujeres son bebedoras de riesgo (más de 40 gramos al día en varones, más de 24 en féminas)», introducen los investigadores.
Las alteraciones hepáticas, nutricionales y metabólicas son relativamente frecuentes entre los bebedores. Los científicos evaluaron estos tres parámetros en todos los participantes, con una media de edad de 43 años. Asimismo se analizó las enfermedades asociadas al abuso de etanol y si tomaban o no otras drogas. Los datos revelan que un 94% de los pacientes presentaron más de dos alteraciones y al menos un 35% mostraron tener una de las tres alteraciones enunciadas», reza el ensayo.
Por sexos, al parecer, ellos tenían más posibilidades de afectación en el hígado que ellas aunque estas últimas tenían mayores complicaciones nutricionales y metabolíficas. Es más «las mujeres presentaban hasta cinco veces más posibilidades de ser obesas en comparación con los hombres», agregan los investigadores.
En cuanto a otros problemas médicos asociados, los investigadores destacan que los un 23% de los ingresados (más féminas que varones) padecía depresión y hasta un 8% deterioro cognitivo. Además, «ellos solían consumir más cocaína mientras que en ellas era más frecuente estar en tratamiento con metadona».
Para Emilio González y Francisco Santolaria, del Hospital Universitario de Canarias (Tenerife) y autores de un editorial que acompaña al estudio, las diferencias en el las consecuencias del consumo excesivo de alcohol entre el sexo masculino y el femenino son muy marcadas. «Se sabe, por ejemplo que ellas son más propensas que ellos a desarrollar miocardiopatía alcohólica, con menor consumo y durante menos años», detallan.
Lo que más llama la atención a estos expertos es la prevalencia dedeterioro cognitivo encontrado en el estudio. «Resulta llamativo si se considera que la edad media era de 43 años. La atrofia cerebral constituye uno de los fenómenos más invalidantes del alcohólico crónico. La mujer presenta un mayor grado, además de más pérdida neuronal», especifican.
Asignatura pendiente
El trabajo sirve, en palabras de los editorialistas, «para traer de nuevo a primer plano el candente problema del alcoholismo, esta vez en un amplio colectivo urbano, donde, como se señala, el uso además de otras drogas es frecuente. La afectación multiorgánica del alcohólico crónico convierte esta adicción en un problema sanitario de primera magnitud frente al que las medidas emanadas desde la administración son aún insuficientes».
Además quedan otros problemas por resolver, como «¿cuántos bebedores excesivos existen en nuestro país que bien porque sus síntomas son escasos o infravalorados, bien por marginalidad, por sentimientos de vergüenza o culpabilidad u otras causas no son detectados? ¿Hay más hombres que mujeres en este colectivo? ¿Cuál es el riesgo de progresión». Resolver estas preguntas supondría solucionar un gran problema de salud pública y a buen seguro evitar morbilidad en individuos relativamente jóvenes y muchas muertes prematuras».
Noticia publicada en: elmundo.es
Foto de Montse Álvarez