Efectos del alcohol en la recuperación del deportista
- Interfiere en el relleno de tus depósitos de glucógeno: aunque la forma en que interfiere en la vía metabólica no está muy clara, lo que sí es claro es que al beber alcohol, se tiende a comer menos hidratos de carbono, el combustible principal cuando hacemos ejercicio.
- El alcohol dificulta el proceso anabólico: después de entrenar tus fibras necesitan ser reparadas y aumentar en tamaño para soportar futuros entrenamientos. El alcohol, aunque se tomen suficientes proteínas, afecta a ese proceso anabólico. Por tanto, eso de ir al gimnasio y acto seguido salir por la noche e ingerir cantidades notables de alcohol, se cargará tu proceso de recuperación.
- No se duerme igual de bien cuando bebemos alcohol: sobre todo si hemos bebido mucho. La calidad del sueño no es la misma cuando tenemos alcohol en el cuerpo. Esto repercute directamente en los procesos de recuperación después de un entrenamiento.
El alcohol no aporta nada a la dieta de una persona deportista.
- Estaremos parcialmente deshidratados: una correcta hidratación es fundamental para que podamos recuperarnos de forma óptima. El alcohol es diurético, hace que perdamos líquido, creando una situación de deshidratación. En estas condiciones los procesos de recuperación se hacen más largos.
- Al día siguiente nuestras capacidades están mermadas: hasta que el organismo expulse este tóxico del cuerpo, nuestras capacidades físicas pueden verse afectadas: potencia, fuerza, coordinación, equilibrio…Por lo tanto, no seremos capaces de entrenar normalmente al día siguiente.