¿Qué sabemos del VIH/SIDA?
El VIH es el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) y actúa destruyendo los linfocitos CD4 del sistema inmunitario. Estos linfocitos son un tipo de glóbulos blancos que desempeñan una función importante en la protección del cuerpo contra la infección.
Tener el VIH no es lo mismo que tener el SIDA. Hay personas que pueden tener el virus durante años, disfrutando de un buen estado de salud sin presentar síntomas del SIDA. Estas personas son seropositivas, no tienen la enfermedad pero pueden transmitir la infección a otras personas.
Cuando el VIH entra en el organismo (interior de las células), en una primera fase se multiplica activamente en las células infectadas. Entonces el sistema inmunitario responde reduciendo la presencia de virus en la sangre, pero sin poder impedir que continúe infectando a otros órganos, es decir, el mismo puede quedarse dormido durante largos periodos de tiempo (periodo de latencia) en una situación de aparente equilibrio, pero se sigue multiplicando y puede destruir las células.
Cuando el VIH no se trata médicamente, se llega a la fase avanzada o SIDA: Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirido. Esta enfermedad es el estado avanzado de la infección causada por el VIH y ocurre cuando hay un recuento de linfocitos CD4 de menos de 200/mm3. En este caso, el sistema inmunitario pierde la capacidad de defenderse de las infecciones producidas por otros gérmenes y la capacidad para destruir las células anómalas que se producen en nuestro organismo. A partir de ese momento aparecen los signos y síntomas característicos del SIDA como son:
- Infecciones oportunistas: se producen cuando el sistema inmunitario se encuentra debilitado.
- Alteraciones neurológicas: que provocan alteraciones graves de la conciencia hasta llegar a la demencia.
- Determinados tipos de cáncer.
Tal y como su nombre lo indica, el SIDA es una infección que se puede adquirir a lo largo de la vida, no es hereditaria, es decir no se transmite de generación en generación, genéticamente.
Sin duda alguna, se debe remarcar la importancia de la detección precoz del virus, con la finalidad de empezar el tratamiento más adecuado lo antes posible, para que no se transmita a otras personas y no se produzca una re infección en la persona.
Fuente original: canalsalut.gencat.cat