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La Asociación de Lucha Anti-Sida Balear ALAS, registra un aumento de los casos
«Infectarse de VIH no depende del número de personas con las que has estado, sino de las prácticas de riesgo que has tenido». Así de claro se muestra Joan Viver, coordinador de la prueba rápida de VIH de la Asociación Anti-Sida de las Islas Baleares (ALAS), nacida en 1987 con el fin de dar respuesta a las necesidades de este colectivo.
Desde entonces, ALAS trabaja con dos objetivos principales: atender a las personas afectadas -tanto infectadas como familiares y amigos- con el fin de mejorar su calidad de vida, así como prevenir y sensibilizar a la población general acerca de esta infección.
«ALAS es una entidad generalista. Cualquier persona se puede acercar aquí y le atenderemos, si bien es cierto que la mayoría de nuestros usuarios son hombres que tienen sexo con hombres», explica Viver, al tiempo que detalla que desde sus inicios la asociación viene realizando un importante trabajo con el colectivo de gays, por lo que es uno de los más predispuestos y concienciados a la hora de hacerse la prueba.
En tan sólo 15 minutos una persona puede salir de dudas y saber si está infectada por el virus. Una prueba sencilla, rápida y anónima en la que se extrae una pequeña muestra de sangre que se mezcla con un reactivo para determinar la presencia de anticuerpos contra el VIH. Para que el resultado pueda considerarse fiable deben haber pasado tres meses desde la última práctica de riesgo.
«Para nosotros la base del servicio es la atención al usuario. Siempre tratamos de dar un trato excelente a todo el mundo y en caso de dar positivo, acompañar a la persona y ayudarle a afrontar su nueva situación», remarca el coordinador de la prueba rápida, cuyo porcentaje de usuarios heterosexuales es más bajo de lo que debiera ser. «El virus también les afecta a ellos, aunque algunos todavía no lo crean», advierte.
En 2013, ALAS realizó 406 pruebas rápidas de VIH -288 a hombres y 117 a mujeres-, un 3% de las cuales fueron positivas. Un índice por encima de la media -situada en el 1%-, que en lo que llevamos de año ha aumentado hasta el 5%. «No debemos ser alarmistas. Puede ser que haya más infecciones pero también que la gente esté más concienciada, se haga más la prueba y de ahí este aumento», matiza Joan, quien recuerda a los jóvenes que la píldora del día después no protege del VIH/Sida.
Ángel supo que era seropositivo a través de la prueba rápida de ALAS. Había mantenido prácticas de riesgo y a un amigo íntimo le acababan de comunicar que estaba infectado.
«Era consciente de que yo también tenía muchos puntos para tenerlo y me vine aquí directamente. Confirmar mis sospechas fue duro, pero de mí salió una fuerza que me empujó a seguir adelante», cuenta Ángel, cuyo primer paso fue llamar a su hermana y hablarlo con ella.
La vida sigue
En su hermana encontró un apoyo incondicional. Pero también en Joan Viver, quien se ofreció a acompañarle durante todo el proceso. «Joan me dio el resultado con tanta dulzura, insistió tanto en no dejarme solo, que ha sido todo un ejemplo para mí. Siempre recomiendo a compañeros con dudas que acudan a ALAS», asegura el hombre, además de insistir en que quien da una noticia tan dura como ésta, debe estar preparado para ello y ofrecer una atención tan cercana y cálida como la que él recibió.
Aunque inicialmente el sistema inmunitario de Ángel hizo bajar la carga viral y las defensas subieron sin necesidad de tomar ningún medicamento, encontrar el tratamiento idóneo no está siendo del todo fácil. «Cuando empezaron a medicarme mi cuerpo reaccionó con fiebre. Afortunadamente, cambiando la medicación el problema se está solucionando y en estos momentos tengo una carga viral indetectable», explica.
Ángel no duda en animar a todas las personas que hayan mantenido prácticas de riesgo a que se hagan la prueba, tanto por ellas mismas como por su propia salud. «En caso de dar positivo, un seguimiento médico periódico es fundamental para tener controlada la infección», incide.
A nivel sentimental, ser seropositivo no le ha impedido encontrar una pareja estable, que entiende y acepta su situación. Ahora que los médicos han atinado con el tratamiento que requiere, afronta el futuro con optimismo y esperanza. «He conseguido dejar atrás las drogas y físicamente me encuentro bien, dispuesto a luchar por mí y por mi bienestar físico y psicológico», concluye.
Según los datos epidemiológicos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Baleares es una de las comunidades autónomas con mayor tasa de Sida por millón de habitantes.
Fuente: http://www.elmundo.es